Larcio Santos, gerente de agua y saneamiento de acciona.org, participó en el Foro "Cooperación para el progreso: impulsando el desarrollo productivo" organizado por El Español el pasado martes 29 de febrero de 2024 en Madrid. Un encuentro donde se expusieron experiencias en torno al desarrollo productivo que nace a partir de los proyectos de cooperación para el desarrollo.

El foro fue moderado por Eduardo Ortega, redactor jefe de El Español-Invertia y contó con la participación de Blanca Calleja Valls, responsable de programas y proyectos de CODESPA para las delegaciones de Filipinas, Ecuador, Guatemala y Nicaragua; Agapito Ledezma Espino, profesor titular de Ingeniería Informática y subdirector del Máster en Inteligencia Artificial de la Universidad Carlos III; y Laercio Santos, gerente de agua y saneamiento de acciona.org.

Una de las primeras claves se sitúa en impulsar fuerzas económicas en vez de en donar: "En los servicios básicos como el agua y la energía es donde empieza todo, pero no tiene sentido la donación de paneles si hay un problema de mantenimiento o hay que cambiar una batería en cinco años. Por eso apoyarnos en el tejido productivo local es fundamental [para garantizar la permanencia del servicio], al tiempo que se incrementa la capacidad económica de las personas”, afirmaba Laercio Santos.

La ampliación de las capacidades productivas de un país constituye una dimensión obligada de toda senda sostenible de progreso social. Ampliar las capacidades productivas exige convertir las iniciativas creativas en emprendimientos generadores de renta y empleo.

El concepto de cooperación internacional ha evolucionado desde una visión asistencial y de trasvase de fondos, a una actuación que siembre el progreso en las comunidades locales a partir del desarrollo de su tejido productivo. Las organizaciones de cooperación internacional buscan fórmulas para multiplicar el impacto de sus aportaciones. Los proyectos de desarrollo productivo tienen como objetivo destinar los fondos a poner en marcha actividades económicas locales, con la implicación de la comunidad. La aportación dineraria en el proyecto de cooperación es, en realidad, un capital  semilla para generar una fuente de ingresos a largo plazo y con capacidad de crecimiento.

Mejorar los recursos productivos de las comunidades locales crea una espiral de progreso, de avance en las condiciones de vida, pero también social. Para alcanzar esa nueva dimensión, hay que resolver aún retos básicos, como el acceso a la electricidad y el agua de calidad, imprescindibles y facilitadores.